El rockero capitalino presenta un largaduración repleto de colaboraciones, virtuosismo y declaraciones de principios.
Se pasea por diversos subgéneros del rock y coquetea con el hip hop; trabaja sus arreglos y solos con la delicadeza propia de un artista experimentado que no sólo crece como guitarrista, sino que además enseña el instrumento a las nuevas generaciones de rockeros que darán la cara por la escena en un futuro no muy lejano. Ése es Adelqui Rubio, músico que se puede jactar de una carrera extensa como músico de sesión, siendo finalista del Guitar Idol, algo así como un Mundial de Guitarristas, y haber compartido escenario con grandes de la música chilena.
Su segundo álbum se titula “Transición II”, en donde el artista habla de la depresión y la ansiedad, el desamor, la superación de las rupturas, la pobreza cada día más evidente en una metrópolis como Santiago, conjugando un disco dedicado a los conflictos personales y sociales, pero siempre con la invitación abierta a seguir adelante, crecer y dar vuelta la página.
Para “Transición II”, Rubio se acompaña de diversos y talentosos colegas, tales como Julián Reyes (Sin & Misery), Pancho Miranda, Héctor Fuentes (Distinto Pensar), Em Chino (Asskuad), Mc Geso, Alicia Araya (Ana Frank y La Fiura), Morgue Zombi (Enrocke y Etiqueta Negra), Jorge Febrè (93 octanos), Pancho Folk y Andrés Opazo. Y, como buen virtuoso, destaca el trabajo dedicado a la producción, con usos de doble bombo, riffs y acordes exquisitos, que dan cuenta de una placa que no dejó nada al azar.